Hoy no te voy a hablar de economía.
Ni de hipotecas.
Ni de bolsa.
Ni de seguros.
Hoy quiero contarte algo mucho más mío.
Y contárselo a ellos.
Mi mejor inversión.
Tal día como hoy, un 2 de julio de 2007, a eso de las seis de la tarde, os sacaron en una cunita doble.
Mis padres, los padres de vuestra madre, las hermanas… todos arremolinados a vuestro alrededor, queriendo veros, tocaros, llenos de emoción.
Algún estrenado abuelo, con buena intención pero mal pulso, (la emoción) intentó grabar el momento. Digamos que el vídeo acabó siendo… inservible.
Yo me quedé mirándoos. Os cogí esas manitas diminutas, y pensé que jamás había visto nada tan bello en mi vida.
Pero ya no es verdad.
Lo más bello es veros hoy, cumpliendo 18 años.
Pidiéndome el carnet de conducir.
Pidiéndome pasta (a veces con más descaro que otras).
Intentando que no me entere a qué hora llegáis cuando salís.
Y sobre todo, viviendo vuestra vida.
Porque aunque estáis viviendo la vuestra, en realidad estáis viviendo la nuestra.
La de vuestra madre y la mía.
Porque vosotros sois, sin duda, nuestra mejor inversión.
Y no hay rentabilidad en el mundo que pueda compararse a esto.
Hoy, simplemente, quería dejarlo escrito.
Invierte como si no fueras a morir mañana.
Manuel